La lentitud del magma
Por Pedro Luis Ibáñez Lérida*
doblan por ti". John Donne
La cuenta atrás
En 1992 tuvo lugar en Río de Janeiro la
que fue llamada "Cumbre de la Tierra". Si bien los resultados
no fueron espectaculares -protocolo de Kioto, Agenda 21, etc- en relación a la
situación mediambiental del planeta, supuso un antes y un después con respecto
a lo que se había logrado de manera coordinada. Entendiendolo como una
estrategia consensuada, planificada y orientada a domeñar el caballo desbocado
en que se había convertido el cambio climático, el hambre y la desigualdad.
Veinte años después estas problematicas se han agravado y convertido en hechos
infravalorados por la marea económica que ha invadido no sólo a los estados,
también a los ciudadanos. La conciencia individual sobre el medio ambiente ha
sufrido una regresión, más que significativa, alarmante. Por supuesto la
dimensión e incidencia de las políticas verdes han sido relegadas a un término
nada prioritario para los políticos. En realidad no es una circunstancia ligada
a estos tiempos. Sólo la determinante, independiente y directa acción de
organizaciones ecologistas obligó y obliga a los gobiernos a incorporar en sus agendas la atención a la
naturaleza, la ecología y la incidencia del consumo energético y alimentario.
El
conflicto entre patrimonio mediambiental e interés puramente mercantil se
recrudece. Las instancia políticas consienten en este trueque invocando el
interés general de la población con la llegada de nuevas fuentes de riqueza que
logren ahuyentar el fantasma del desempleo. Incluso llega a ser aberrante cuando
en nombre del desarrollo sostenible, atribuyen a la operación el valor de
incardinar en un solo conjunto explotación paisajística y comercial. En
Andalucía el exponente de este tipo de agravios se halla en el hotel del
Algarrobico -Carboneras-, dentro del suelo protegido del Parque natural de Cabo
de Gata-Níjar, en Almería. Así y todo la confrontación no tiene límites,
incluso jurídicos. Pues es el propio poder judicial el que a través de algunas
sentencias, dan pábulo a la construcción de megaurbanizaciones. Como es el
caso, sin trasladarnos de provincia, de la localidad de Níjar y tres
urbanizaciones proyectadas en su término municipal que se encuentran en
diferentes fases judiciales nada halagüeñas para su conservación
La
preservación de los ecosistemas, como paraiso invendible y, sin embargo,
disfrutable por todos, contrae, en según que partes del mundo, tintes
sangrientos. Fabiola Osorio Bernáldez fue asesinada a balazos el pasado 31 de
mayo. Mantuvo una oposición tenaz a la destrucción de un manglar en la
localidad mejicana de Pie de la Cuesta, perteneciente al estado mejicano de
Guerrero, dentro del municipio, conocido internacionalmente por su
infraestructura turística, de Acapulco. El proyecto prevé la construcción de un
puerto.Otros dos ecologístas del mismo estado, Eva Alarcón y Marcial Bautista,
desaparecieron el 7 de diciembre de 2011. También fueron asesinados Asencio
Osorio, resistente pertinaz frente a la construcción de un muelle en el manglar y laguna de Coyuca, el 30 de
diciembre de 2011, y Javier Torres Cruz, activista por la defensa de los
bosques de Petatlán, el 19 de abril de este año.
La
incautación inmobiliaria del medio ambiente forma parte de ese insaciable
apetito que no repara en medios. Si la crisis financiera tiene algún asomo de
solución no será por parte de quienes en su afán acaparador internacionalizaron
sus intervenciones, a pesar de su falta de liquidez. Hace unos días el
presidente de Méjico, Felipe Calderón, afirmó que vetará un macroproyecto de
construcción en el litoral protegido en la Baja California, de 8000 casas y 15
hoteles. Incluyendo un aeropuerto. ¿ Saben quién se encuentra tras esta
operación...? La Caja de Ahorros del Mediterráneo -CAM-, un dato que traslada
escalofríos. No sólo auspician un daño posiblemente irreparable, lo llevan a
efecto desde una cuenta de resultados, en su país de origen, realmente
calamitosa. Imaginemos como podría ser la gestión interna de este proyecto.
Cierto
grado de duda se cierne sobre la eficacia de la Conferencia de Naciones
Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que se celebra estos días en la misma
capital de hace veinte años. Las declaraciones de los países emergentes y
países desarrollados dejan un estrechísimo margen para rentabilizar la reunión
y poner sólidos cimientos sobre el futuro más próximo, sin abandonar el futuro
más lejano, del que nos debemos sentir parte vinculada en nuestros
descendientes ¿Cómo aunar esfuerzos para refrenar el avance de los peligros que
amenazan a la Tierra por la acción agresiva de lo seres humanos? Lo primero es
evidente, aunar esfuerzos reales.
Lo segundo aplicar políticas
valientes que alienten y procuren un futuro también real. Estamos en la cuenta
atrás y sólo una respuesta contundente puede proteger el patrimonio natural de
nuestros hijos. Ése que nosotros no hemos sabido cuidar, proteger y
reivindicar.
Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com
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