Letras tu revista literaria

miércoles, 13 de junio de 2012

Enfatizar lo ajeno o dignificar lo público


La lentitud del magma

Por Pedro Luis Ibáñez Lérida* 


"La muerte de cualquier hombre me disminuye porque
estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca
hagas preguntar por quien doblan las campanas:
doblan por ti
".
 John Donne


Enfatizar lo ajeno o dignificar lo público   


                        La cascada de malogrados acontecimientos desde la ascensión del Partido Popular -PP-, al poder ejecutivo nacional con mayoría absoluta en el parlamento, ha logrado que la sensación temporal desde aquel 20 de noviembre, parezca muy lejana cuando apenas han transcurrido 6 meses. Y es que si la cuestión económica se ha resentido, tomando como referencia la ya archiconocida para todos prima de riesgo, ahora se agrava sobremanera al considerarnos desde las instancias de la Unión Europea -UE- los próximos en ser rescatados. La indefinición del gobierno español en la trayectoria desde sus planteamientos iniciales -sustrayéndonos de lo que proclamaba en el programa político electoral, ahora convertido en lastimera fruslería- se une a un indecente mutismo que sólo puede ser consecuencia de un peculiar sentido y concepción de lo público. Al arrogarse la propiedad del oscurantismo como medida transitoria para refrenar el descenso vertiginoso de nuestro crédito institucional y financiero.
                        "Administrar los tiempos", manifiesta sin el mayor recato el ministro de Justicia, cuando se le pregunta por las razones de esta absoluta opacidad gubernamental, que no sólo se dedica a encogerse de hombros negando la mayor, sino que procura silenciar cualquier iniciativa democrática, como la creación de una comisión de investigación sobre el desaguisado cometido en Bankia o la comparecencia en el Congreso de los Diputados del gobernador del Banco de españa -sorprendentemente, y hasta hace unos días,respaldado por el Partido Socialista Obrero Español- que más que un banco, vamos reconociendo a pasos agigantados las similitudes con la cueva de Alí Baba. Y si no, ¿cómo podemos entender  que lo que antes era haber bancario, ahora, por arte de birlibirloque se convierta en debe...? o ¿Cómo comprender que la previsión de saneamiento, según el propio ministro de Economía y Competitividad, era, hace una semana, de 7500 millones de euros y ahora la cifra ronda  los 23.500 millones de euros, y sin garantías que no sea aún mayor...? Ya nadie recuerda aquella promesa, como tantas otras náufragas en un océano de dudas e incertidumbres, cuando el presidente del gobierno recalcaba que no habría dinero público para los bancos... "no quieres cafe, toma dos tazas...". Para no desmerecer la sarta de falaces aforismos, el actual presidente del que fue referente bancario y bursátil tras un proceso de "fusión fría", a la vista de los acontecimientos, proclama que los fondos públicos que recibirán no son ayudas al considerarse como ampliaciones de capital y no como préstamos. Por lo que no habrá devoluciones. He aquí la verdad escrutada para enfatizar lo ajeno a costa de lo público. No olvidemos que los 305 millones de euros de beneficios en el año 2011, se han convertido en una pérdida de 2979 millones de euros y los activos tóxicos se cuantifican en 13.000 millones de euros. Un verdadero vertedero económico de hedores insoportables.
                          En el carácter público englobamos la vocación por la comunidad, donde la rentabilidad social tiene el principio moral de estar por encima de la económica. La valoración mercantil de cualquier clase de actividad pública, es un retroceso en cuanto a la simplificación de los términos sociales y la falta de respuesta a las inquietudes y necesidades de los ciudadanos. Se trataría de racionalizar los recursos con miras a crear las mejores condiciones de convivencia y prestación de servicios que redunden en una sociedad en la que el futuro sea el propio presente. Es decir, sin la perspectiva cortoplacista de los políticos que enfocan su gestión a los cuatro años que tiene asegurado el cargo.
                         Lo más preciado en lo público es su gestión, garante y equilibrio de derechos y obligaciones. Pero también es su debilidad. Un talón de Aquiles en  pugna constante por reafirmarse frente a la sociedad. Como ejemplo el actual presidente del Tribunal Supremo y sus libertinos dispendios en la costa andaluza con factura al erario público. Hechos que ponen en entredicho la ética como herramienta de autoridad y legitimidad  pública, vertebradora de la realidad social. No es menos cierto que el ser humano es honrado hasta que deja de serlo, pero también lo es el compromiso implícito y explícito de valores que cimenten la actuación del individuo bajo criterios de independencia, autonomía y solidaridad. Ya lo decía Miguel de Cervantes cuando ponía en los labios de Don Quijote el consejo a su amigo Sancho Panza para gobernar la ínsula Barataria, "Si acaso doblares la vara de la justicia no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia"   Pedro Luis Ibáñez Lérida.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Diario de Alvaeno

El Diario de Alvaeno