Autor: Alvaeno
Deberíamos aprender a valorar lo bello, a aplaudir la virtud, la entrega, la honestidad, la sinceridad, la honradez, más que cebarnos en intentar podar las bajezas humanas. Tenemos que ser valientes pues de lo contrario nos crecerán los tiranos; también coherentes, con unas metas que alcanzar donde no prime un capitalismo-depredador que ensalce la supremacía del yo, que aúpe al cajón de los vencedores a los más psicopáticos (…), que enseñe a usar y tirar, a dejar en la cuneta a los incapaces, a los no competitivos.
Fragmento del libro “El pequeño dictador crece” de Javier Urra.
Trato de explicarme, al menos, busco una explicación lógica que muestre que alejar a un hijo de su padre biológico es natural y no producirá consecuencias negativas tanto en el niño o niña como el progenitor excluido.
Por mucho que pienso en ello y reflexiono no veo más que una aberración en el acto de separar, anular y excluir al padre biológico de cualquier niño o niña, algo que es para mí, no tengo la menor duda, como he dicho, un acto que atenta contra la naturaleza humana.
Hablo como padre al que se le ha arrebatado, con argumentos sin base, la custodia compartida regulada ante sentencia judicial firmada por el juez de familia. ¿Con qué derecho la madre se erige en custodio y protector del hijo, denigrando al padre y dejándole sin opciones?
Sé que no soy el único hombre que se encuentra en circunstancias parecidas, sé que hay muchos hombres, padres biológicos luchando por “ver-tener”, a sus hijos o hijas. Sé también que esos muchos padres se preguntan: ¿qué han hecho para merecer la ignominia a la que son, somos, sometidos por parte de la madre de nuestros hijos o hijas?, sin encontrar una respuesta, cuando menos, lógica o razonable…
Eso que llaman “IGUALDAD”, palabra con la que muchas mujeres abanderan su lucha contra la “tiranía del machismo”, dista mucho de lo que realmente significa la palabra en sí y de las acciones que impunemente y respaldadas por las leyes llevan a cabo algunas mujeres en contra de los padres biológicos de sus hijos o hijas.
¿Qué igualdad abanderan esas mujeres que no permiten que los padres biológicos estén con sus hijas o hijos?
No puede existir “igualdad” si la mujer se tiraniza desmedidamente en contra del padre biológico, aclaremos que hablamos de padres responsables que quieren formar parte de la vida y educación de sus hijos, no de las excepciones que nos venden como lo “normal” de esos hombres maltratadores e indiferentes que no quieren saber nada de sus hijos, hablamos, repetimos, de padres concienciados, honestos, honrados y comprometidos. Sin embargo, sí parece existir la desigualdad, precisamente fomentada y practicada por las mismas mujeres que enarbolan con énfasis la bandera de la igualdad.
Por suerte, los jueces, parecen haber escarmentado de tanta denuncia falsa y están, de algún modo, equilibrando la balanza, pero queda un largo camino por recorrer, mientras mujeres y hombres no acepten que tener un hijo o una hija, no es una cuestión baladí, sino algo muy importante, y sobre todo, quedará mucho camino mientras, tanto mujeres como hombres, utilicen a sus hijos o hijas como arma arrojadiza, y por supuesto no conviertan a sus hijos en una cuestión económica, simple y mera cantidad de manutención, pagas luego puedes ver a tus hijos o hijas, no pagas no los verás.
Confiemos en que la justicia y los jueces de familia por fin traten con equidad tanto las madres como a los padres, de ello depende que muchos hombres puedan realizar su papel de padres, lo que sin duda quieren bajo ningún tipo de represión o sospecha.
SALV-E-AE
“Los que van a morir te saludan”.
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