Jesús Parra Montero
Madrid, 5 de enero de
2013
Sr. D. Javier Fernández-Lasquetty
y Blanc
Consejería de Sanidad de la
Comunidad de Madrid
Calle Aduana, 29.
28013 Madrid
28013 Madrid
Señor Consejero de Sanidad:
Además de enviarle mi saludo, inicio
mi carta con una pregunta, que no pretende ser retórica, sino un aldabonazo a
su capacidad de autocrítica, capacidad que espero, en razón del cargo que a
dedo se le ha dado, no haya perdido del todo: ¿cuántas personas de la sanidad
pública madrileña tendrían que manifestarse para obtener la atención de su
mayestática displicencia? Porque los que ya peinamos canas y somos madrileños
de varias generaciones, pocas veces hemos encontrado un gestor que, además de
saber poco de la Consejería de la que es responsable, sea tan despreciativo con
quien le paga su salario. Es triste ver cómo se cumple de nuevo ese dicho
popular de que es despreciable aquel que muerde la mano del que le da de comer.
Quiero
destacar que su perfil profesional no garantiza en absoluto conocimiento alguno
sobre la sanidad: es licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas por la UCM,
lleva afiliado al PP desde 1982, siempre estrechamente vinculado a la señora
Esperanza Aguirre y, según usted ha manifestado -¡qué clarividente confesión!-,
se reconoce así mismo como admirador de Silvio Berlusconi, a quien considera uno
de sus modelos de referencia; siniestro personaje que Aznar y su familia -hijo
y yerno-, se precian de ser amigos. Con razón afirmaban los clásicos latinos
(espero que no ignore su traducción): “Similes
cum similibus facillime congregantur”. Toda su trayectoria profesional, al
margen de la política, comienza en 1988 en la empresa demoscópica Sigma Dos
donde trabajó como Técnico Superior de Investigación de Mercado y Opinión
Pública. Y con esta flácida mochila profesional lleva en el poder de forma digital
decenas de años. ¿Es este todo su aval para gestionar la Consejería de Sanidad
madrileña?
Pero
continúo con algún apunte más sobre su escaso, pero muy politizado, currículo
profesional:
·
Secretario
general de Nuevas Generaciones del distrito de Salamanca entre 1984 y 1986,
formando parte de su Comité Ejecutivo.
·
Director
del Centro Cultural Buenavista del Ayuntamiento de Madrid, consejero técnico de
la Concejalía de Cultura y consejero técnico de la Primera Tenencia de
Alcaldía, entre 1994 y 1996.
·
En
mayo de 1996, tras la victoria del Partido Popular en las elecciones generales,
es nombrado director del Gabinete de la ministra de Educación y Cultura Esperanza
Aguirre, esa prócer conocedora de Sara Mago, ¿se acuerda? En ese momento,
entrando usted con el señor Ignacio González como Subsecretario en dicho
Ministerio, tuve la oportunidad durante más de un mes de conocerles de cerca,
pues en junio salí yo del Departamento, por razones ideológicas obvias.
·
Director
de Gabinete de la Presidencia del Senado en 1999, donde sigue a las órdenes de
Aguirre.
·
Director
del Departamento del Parlamento e Instituciones del Gabinete de la Presidencia
del Gobierno en mayo de 2000
·
Subdirector
del Gabinete del rencoroso José María Aznar en 2002.
·
En
las Elecciones Generales de 2004 obtiene acta de Diputado, siendo uno de los impresentables
defensores en el Congreso de la teoría conspiratoria de los atentados del 11 de
marzo de 2004 en los trenes de cercanías de Madrid, fechas en las que también accede
al cargo de secretario general de la FAES.
Como ve, y ya como Consejero de Sanidad, toda su carrera
profesional discurre bajo las alas de la Gaviota, desde cuyo cobijo político es
difícil, yo diría que imposible, conocer la realidad social que, para desgracia
de los madrileños, está gestionando. ¿Y por qué le recuerdo un currículo que
usted bien conoce? Sencillamente porque casi toda su carrera política-profesional
nada se debe a méritos propios; lo debe a la designación digital del rancio
clan de “los genoveses”, ese partido político que hoy padecemos en España y, de
modo singular, en la Comunidad de Madrid. Y sin embargo usted como Consejero de
Sanidad ha intentado descalificar, humillar, denigrar y ofender a todo el
colectivo de la sanidad pública madrileña, cuya mayoría de integrantes han
conseguido su trabajo a través de unas duras oposiciones y con una trayectoria
profesional que dignifica a ese colectivo y a usted avergüenza. Porque además
de los problemas de la crisis, que nadie discute, en Madrid sumamos un factor
más: la mediocridad de sus políticos.
Decía Hermann Hesse que “hay
quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque se exigen menos a sí
mismos”. Y esto es lo que está sucediendo con usted, señor Consejero de
Sanidad de la Comunidad de Madrid. Ignora los temas sanitarios de su
competencia sin ni siquiera tener idea de los datos que utiliza para justificar
la razón de su sinrazón, pues está pagado de soberbia, fruto de haber ocupado
demasiado joven cotas de poder por el simple hecho de estar abrazado a la
política del PP sin pasar por las urnas. Razón tenía con total acierto
Aristóteles al afirmar que "no
todos valemos para todo"; y usted ha ocupado demasiados cargos sin
demostrar especial valía para ninguno de ellos; pero la política y sus deudos
producen este tipo de compañero de cama y de despacho.
Y le traigo de nuevo
a su consideración otra pregunta, ésta otra de un clásico, Cicerón, que podrían
hacerle todos los ciudadanos que están en la sanidad pública que usted
gestiona: Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?, frase que traducida libremente al español sería: ¿Hasta
cuándo abusarás, Consejero de Sanidad Lasquetty, de la paciencia de los
madrileños?
Es curiosa, si no estuviera cargada de cinismo, señor
consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, su afirmación en una entrevista
en la Cadena Cope (¿dónde si
no?), ante la intención de dimitir de 118 equipos directivos de centros
de salud, que sus directores "pueden tener su opinión pero no involucrar
al propio organismo en sus ideas y que
si llegaran a hacer efectiva su renuncia al cargo” usted "lo lamentaría
mucho" pero "procedería inmediatamente a su sustitución". Y
finalizaba su despectiva afirmación con que "si otros médicos y enfermeras ocuparan sus puestos, lo harían muy
bien". Con razón decía Flaubert que “si no se tiene el gen del talento para
la gestión, no hay nada que hacer o debemos ponernos manos a la obra. Sin duda,
el trabajo, la constancia y la capacidad de diálogo son las mejores formas de
provocarlo”, pero la capacidad de diálogo es una cualidad de la que usted
no anda sobrado.
Por
mucho que ustedes utilicen eufemismos como “externalización” (palabro que no
existe en el diccionario de la RAE) para confundir a los ciudadanos, lo que
ustedes están haciendo, y lo van a extender, poco a poco (como los taimados) en
todo lo que ustedes gestionan, con ese inconfesable neoliberalismo que
abanderan, con el que dentro de poco privatizarán hasta el aire que respiramos.
Es ese absurdo mundo neoliberal que representa Rajoy y el maladado Partido
Popular que nos gobierna.
Desconocemos qué realidad
ven los que han construido su acerbo ideológico en la fábrica FAES, pero los
que conocemos suficientemente bien esa Fundación para el Análisis y los
Estudios Sociales y a su presidente, esa imagen viva del rencor que se llama
José María Aznar, -ese “think tanks”, cuya vocación es producir clones
políticos de pensamiento único-, comprendemos perfectamente los equivocados
derroteros por los que están hundiendo la sanidad pública los que se han alzado
con el poder en la Comunidad de Madrid, sin someterse al voto de los madrileños
para tales responsabilidades: como el señor Ignacio González y la voz de su
amo, el señor Javier
Fernández-Lasquetty, ambos clones de la innombrable Esperanza Aguirre.
Su codicia de poder y soberbia están dispuestas a
introducir en esta Comunidad madrileña, otrora levantisca ante los franceses,
hoy, como diría Miguel Hernández, “de bueyes que doblan la frente,
impotentemente mansa”, ante la aberrante política del Partido Popular, el virus dañino de la privatización de la sanidad
pública, aunque ustedes, cínicamente y con un eufemismo vergonzante, lo llamen
externalización, con la aprobación de la conocida como ley escoba, gracias a su antidemocrática por su abuso, aunque legal, mayoría
absoluta. Señor
Fernández-Laquetty, desde el abuso de poder, romo en capacidad de diálogo y la
más rancia ignorancia de lo que gestiona, ha tomado a los madrileños por
idiotas. Ustedes, todo el gobierno que preside el señor González, más que ciudadanos madrileños maduros
y críticos, buscan personas que les den la razón y que aplaudan sus decisiones;
de ahí que, cuando se equivocan, como en este tema concreto de la sanidad, y en
otros muchos, como el de la educación, critican y descalifican a quien está en
desacuerdo. Quieren palmeros y no ciudadanos con espíritu crítico. Bien les
definía Machado en su libro Campos de Castilla, en el poema “A orillas del
Duero”: “Castilla
miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora”. Ustedes también desprecian cuanto ignoran.
Su gestión de la sanidad,
que corre pareja con su ignorancia del tema sanitario, es un despropósito, ya
que implica romper un sistema de calidad acreditada y bajo coste y traspasar
impuestos de los madrileños a los beneficios de personas o empresas amigas y
afines. Todos sabemos que cuando se privatiza no es para ahorrar, sino por
ideología; y la sanidad, como la educación, deben ser un derecho y no una
posibilidad de negocio.
En palabras del siempre certero Juanjo Millás: "enriquecer a una empresa privada con el dinero público destinado
a la sanidad o a la educación o la justicia, es pura y llanamente un crimen,
más condenable si el criminal, a modo de coartada, confiesa que es un idiota al
que no le salen los números, excepto cuando se trata de cobrar comisiones. Si
es idiota, que lo retiren y pongan a otro capaz de gestionar el
departamento". Usted debería
dimitir ya mismo pues ha sido incapaz de explicar el ahorro que su plan implica,
teniendo que salir su portavoz a darnos un dato que no se creen ni ustedes
mismos. Razón tenía Friedrich Dürrenmatt,
el célebre escritor suizo cuando afirmaba: “Tristes
tiempos estos en los que hay que demostrar lo evidente”. Porque, aunque
ustedes lo quieran negar, pretender privatizar la sanidad pública a beneficio
de terceros.
Y le pregunto de nuevo: ¿qué significa
privatizar la sanidad? Como sé que usted lo ignora, yo mismo le respondo:
ustedes, los neoliberales del PP, plantean la privatización sanitaria y esto
pasa por sustituir un sistema público sanitario eficiente y barato por otro que
nos lleva a la ruina, como a continuación le aclaro utilizando los datos de un
magnífico informe titulado El negocio de
privatizar lo público del profesor Edmundo Fayanas, en el que analiza, con
datos que ustedes son incapaces de proporcionar, algunos aspectos de los modelos
sanitarios que son referentes para el PP.
·
El modelo anglosajón
o norteamericano,
donde lo privado es lo que manda. Todos debemos saber que las empresas
sanitarias norteamericanas que cotizan en el Dow Jones neoyorkino son las más
rentables, muy por encima de las financieras, es decir, son empresas donde el
beneficio prima sobre la salud. Según numerosos estudios realizados por
distintas organizaciones médicas, se reconoce que más de un 20% de las
intervenciones quirúrgicas en centros privados no son necesarias y lo único que
buscan es el beneficio. El gasto sanitario de Estados Unidos es del 17% del
PIB. Éste no cubre al 20% de su población pues no tiene ninguna cobertura
sanitaria, y otro 50% tiene una cobertura médica muy por debajo de la del
sistema público español. Sin embargo tiene un coste doble del sistema público.
¿Es ésta la alternativa del PP?
·
El modelo holandés, gestionado por mutuas privadas. El
sistema es universal y gratuito y el Estado fija los límites de los servicios
de salud esenciales. Se empezó pagando 170 euros mensuales, pero ya se ha
llegado a 210 euros y con una disminución de las prestaciones que ronda el 25%,
es decir pagan más por recibir menos. Holanda gastó en 2010 el 15% de su PIB,
es decir un 65% más que el gasto sanitario de España y además con menos
prestaciones. Este sistema fue impulsado por la derecha a inicios del 2000 con
los mismos argumentos que usa el PP, diciendo que lo privado da más barato el
servicio y con mayor eficiencia. Entonces el gasto estaba en el 12 % de su PIB;
actualmente está en el 15% y con menores servicios. Su cartera de prestaciones
sanitarias como ya hemos visto ha disminuido, pero además el sistema deja hoy a
150.000 holandeses sin ningún tipo de seguro y otros 320.000 no pueden pagarlo,
es decir, tenemos un 5% de su población sin cobertura médica. A todo ello hay
que añadirle que en sus presupuestos sanitarios del 2010 se presenta un déficit
de 1.400 millones de euros ¿Es este el modelo que plantean los del PP?
·
El sistema sanitario
español
gasta aproximadamente el 9% de su PIB, mientras que en la Unión Europea (a 15 países)
es del 12%. En la última década, el crecimiento del gasto sanitario español ha
sido del 2,7% anual, mientras que en los países de la U. E. ha sido del 4,1%.
El coste sanitario en 2010 por cada español era de 1.673 euros, mientras que en
la Unión Europea (a 15 países) era de 2.103 euros anuales. El número de
trabajadores sanitarios españoles representa el 4,1%, mientras que en la Unión
Europea es del 6,6%. Según estudios del profesor Vicenç Navarro: “gran parte
del crecimiento sanitario en España ha sido en el sector privado. España es uno
de los países en los que la población paga más por sus servicios sanitarios
privados y ello es consecuencia del subdesarrollo del sector sanitario
público”.
A la pregunta ¿qué pasa con la sanidad
madrileña? Concluye el profesor Fayanas que no hay un solo informe económico
que avale ni ningún organismo médico que apoye su intento de privatización. Y
desde el neoliberalismo de gran
parte del Partido Popular, que es la ideología que mejor defiende los intereses
de los ricos, usted y su Presidente, al que acompañan tantos palmeros peperos,
continúan con la cantinela de que lo privado es más barato que lo
público. Y este mantra se desmonta rápidamente; simplemente consiste en acudir
a los presupuestos que ustedes presentan para ver que la mentira es algo
congénito en el PP; basta analizar los datos que aportan los presupuestos
sanitarios de la Comunidad de Madrid.
·
En
el año 2010 la Comunidad de Madrid presupuestaba en 277.375 euros el coste
anual por cama en el sistema público mientras que pagó 434.686 euros el coste
anual por cama en los hospitales de gestión privada o semiprivada.
·
En
el año 2011, los fondos destinados en los presupuestos sanitarios madrileños
aumentaban en el sector privado un 30% mientras que a los de la sanidad pública
se les recortaba un 9%.
·
Los
siete hospitales con gestión semiprivada cuya construcción estaba presupuestada
en 701 millones de euros, cuando se terminen de pagar habrán costado a la
sanidad madrileña unos 5.000 millones de euros, es decir, un 700%. A esto se le
llama hacer un negocio redondo ¿Es esto a lo que ustedes llaman eficiencia
económica?
·
Por
si aún les quedan dudas del modelo, en los presupuestos de la Comunidad de
Madrid de 2011, el coste que se pagó a la multinacional Capio por cama/año fue
de 535.000 euros y a la Fundación Jiménez Díaz unos 675.000, es decir, más del
doble que a la pública.
·
En
los propios presupuestos de 2013, nos hablan de un coste en lo público de
400-442 euros/paciente, mientras que los privatizados nos hablan de 505 euros
en el hospital de Valdemoro, 592 euros en el de Móstoles y 586 euros en el de
Torrejón.
·
Los
presupuestos de 2013 presentan un recorte de 787,75 millones, lo que significa
un recorte del 17,1% respecto al de 2012. El reparto de dicho recorte es: los
hospitales públicos tiene un 16,19%, los de gestión semiprivada un 28,66% en un
intento de descapitalización para así justificar su privatización, mientras que
los centros privados tienen un aumento del 4%.
Y,
siguiendo con el informe del profesor Fayanas, el actual sistema de
privatización se basa fundamental en tres empresas:
·
CAPIO: que surge en el año 1998 como Ibérica
de Diagnóstico y Cirugía, IDC. Es vendida en el año 2005 a la multinacional
sanitaria sueca CAPIO por 331 millones de euros. En el 2011se separa de la
multinacional sueca aunque conserva el nombre y paga 900 millones de euros. Su
actual accionariado está compuesto por CVC Capital Partners, que es un fondo de
capital riesgo británico con sede en Luxemburgo y es un paraíso fiscal con el
80 % de su propiedad y siendo dirigido por personajes muy próximos al PP:
a) Ignacio López del Hierro, Consejero
Delegado de CAPIO (marido de Dolores de Cospedal).
b) Teresa Echániz, Subdirectora de
Investigación de CAPIO SANIDAD (hermana de José Ignacio Echániz, Consejero de
Sanidad de Castilla La Mancha.
c) José María Aznar, Accionista de CAPIO.
d) Albeto Núñez Feijoo, Accionista de
CAPIO.
e) Alberto Camps, Accionista de CAPIO.
f) María Dolores de Cospedal, Accionista
de CAPIO.
El restante 20% está en manos de
Abertis que se dedica a aparcamientos y autopistas, Cortefiel en textil o la
telefónica “R”. El 65 % de sus ingresos provienen del gasto público.
·
Ribera Capital: que se creó para llevar adelante el
proyecto de privatización de la sanidad pública valenciana, participando
Adeslas que aportaba su saber sanitario. Participan también las empresas
constructoras Dragados y Lubasa y en el apartado financiero Bancaja y la CAM
¿Le suena, señor Lasquetty? Actualmente, el Banco Sabadell está intentando
aumentar su participación en dicha empresa, proveniente de la adquisición de la
CAM y negocia con Bankia para comprarle la parte de Bancaja. Está claro que ve
negocio. Además forman parte Adeslas que pertenece a la sociedad británica Goodrower
y Sanitas, que pertenece al grupo británico Bupa International.
·
El
grupo Quirón-UPS. Dominado
mayoritariamente por el fondo de capital riesgo Doughty Hanson.
Después
de todos estos datos concluye el profesor Fayanas con las siguientes consideraciones:
·
El
PP quiere convertir un servicio público eficiente, barato y apreciado, en otro
en el que el beneficio privado prime sobre la salud y además dirigirlo hacia un
oligopolio.
·
El
beneficio privado es el fin; la propia CAPIO presume de que por cada euro
invertido ella obtiene 2,7 euros; este negocio se obtiene a costa de nuestra
salud.
·
¿Por
qué tanto interés del PP en la privatización, aunque quieran ocultarlo con el
sofisticado término de externalización? Hay muchísimos rumores sobre notables
políticos del PP en estas empresas. Yo no tengo datos y además éstos son
difíciles de dar, dada la opacidad de estas empresas, pero sí cabe preguntarse
sobre dos exconsejeros de la sanidad madrileña, Lamela y Güemes.
·
En
Estados Unidos son las empresas sanitarias y farmacéuticas las que más
invierten en política apoyando al candidato republicano e hicieron todo lo
posible para que Obama no sacara su reforma sanitaria. En un sistema de
financiación de los partidos políticos tan opaco como el español cabe preguntarnos
si estas empresas sanitarias no juegan ya el mismo papel que las
norteamericanas.
Y
concluye el informe: “Es hora que de una
vez los españoles ejerzamos nuestros derechos ciudadanos y rechacemos no solo
la privatización sanitaria, sino todas las empresas españolas que participan en
ella. Para ello propongo se saquen los fondos del banco Sabadell, no se compre
en Cortefiel y no se aparque en Abertis. Si lo hacemos podemos pararlos y
hacerles entender que con nuestra salud, cero negocio”.
En poco menos de
un año, y en la Comunidad de Madrid en pocos meses, ustedes han convertido la
política en un burdel. En muy poco tiempo, el consenso y el diálogo, con sus mayorías absolutas,
se ha disuelto como un azucarillo y el providencial Estado del Bienestar se ha
convertido en estos momentos en una especie de Rey Mago al que se le han
acabado los juguetes en el almacén. Han desencadenado una espiral que está
transformando el virus de la crisis económica en una pérdida de legitimidad
política. Están desmoronando el diseño institucional surgido de la Constitución
de 1978, llevando con su política neoloberal a un descrédito de todas las
instituciones representativas que encarnan los poderes del Estado; y este
descrédito se acentúa aún más cuando va acompañado de conductas indecorosas o
manifiestamente corruptas, al dar cabida, con designaciones a dedo, en altos
cargos de la administración a tantos afiliados del Partido Popular.
Un futuro sombrío sin otra certeza que un empobrecimiento seguro se cierne
sobre los madrileños y los españoles con la gestión a nivel de comunidad y a
nivel de Estado de las políticas desnortadas del Partido Popular
Con sus políticas carentes de diálogo, señores Lasquetty y González, se
avecina un periodo de crítica inestabilidad, de enormes convulsiones sociales y
agitadas derivas políticas. No es posible aventurar con cierto rigor cuál será
el resultado final de las incertidumbres con las que están ustedes gobernando, pero
lo que es seguro es que para nuestra desgracia la Comunidad de Madrid apenas
nos será reconocible en un futuro cercano.
Y acabo, señor
Consejero: a ustedes, que tan creyentes son, les traigo a colación un verso del
Eclesiastés: “Con los impíos no hay que
tener piedad”. Que yo, en una interesada interpretación, traduzco así: Con
políticos tan cínicos y mentirosos como ustedes no se puede ni se debe mantener
las formas. Sólo vale la contestación y la crítica acerada. Y eso es lo que he
intentado con esta carta personal, pues como decía el ya citado Dürrenmatt:
“No hay cosa que más incorde a los
ciudadanos de bien que ver medrar a los mediocres”.
Atentamente,
Jesús
Parra Montero
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