Por
Peter Magnus
No podía yo ser menos, claro, y
tras contener mi rabia, dejar pasar unos días para apaciguar mi ira, “tenía que
escribir esta canción” como dice Sabina, que no es, precisamente, santo de mi
devoción, pero eso es otro cantar y también otra canción; a lo que iba o venía
qué más da si vivo en un país donde se usa la palabra para llamar a las cosas
otros nombres con tal de suavizar el significado real, vamos, lo que antes
llamábamos eufemismo.
Plagado de eufemismo estuvo el
(¿podríamos llamarle discurso? Porque lo que es una rueda de prensa, lo que se
dice una rueda de prensa no fue, más bien fue una comparecencia), discurso que
Rajoy dio el sábado día dos de febrero, y que una panda de periodistas (si se
les puede llamar periodistas), aceptaron acudir para dejar constancia de que
donde Rajoy dijo diego, luego dijo digo.
Teniendo en cuenta que la ley nos
ampara con aquello de la presunción de inocencia, no voy a juzgar a Rajoy, ni
al PP por sus presuntas irregularidades, que eso lo hagan los jueces, pero sí
lo voy a juzgar por su meliflua comparecencia en la que no dijo absolutamente
nada que no supiéramos a estas alturas, y en la que, como todo “presunto
delincuente”, negó cualquier implicación suya o de sus compañeros en el caso
Bárcenas; claro está que éste último no iba a tardar en decir lo que ya
sabíamos que iba a decir: que los papeles aparecidos en El País son totalmente
falsos. Yo me hago una pregunta: ¿Si los papeles son falsos, qué mentes tan
perversas hay detrás de éstos y con qué propósito los hacen públicos sabiendo
que son falsos?
Rajoy no hizo otra cosa en su
“rueda de prensa orwelliana” que echar balones fuera, además de intentar
hacernos creer que él y el PP están siendo víctimas de una conspiración que
probablemente esté orquestada, según sus palabras, por el PSOE, ya que
Rubalcaba le ha pedido que dimita, y no es para menos señor Mariano.
No hubo ruegos ni preguntas en
esta “rueda de prensa orwelliana”, claro la pantalla es una buena trinchera,
donde, nunca mejor dicho y redundantemente hablando, atrincherarse para leernos
la cartilla. ¿El presidente de un país tiene que leer sus palabras para decir
tres veces, para afirmar categóricamente sin mostrar prueba alguna, que lo de
los papeles es falso? ¿Cómo puede decir eso si no puede probarlo? ¿Cómo
desmiente algo que según él es falso, y que no está probado que sea cierto? ¿No
será que la suma de tres negaciones da como resultado una afirmación? ¿Se puede
ser presidente de un partido y no enterarse de los tejemanejes del tesorero?
Tengo entendido que en las asociaciones, por ejemplo, los talones los firma,
además del tesorero, el presidente. Pero al parecer Rajoy no ha visto ni oído
nada, y lo que es peor, está seguro de que en su partido no ha ocurrido nada de
esto. A la vista está que debe ser, además de ciego, sordo, y casi mudo,
ingenuo por no decir tonto, y eso sí una víctima de la conspiración que se
lleva a cabo contra él como presidente y contra su partido, pero Rajoy parece
que no sabe, para no perder su estilo, de dónde le vienen los tiros, y él cual
zafio y necio lo único que sabe es decir lo que no dice, es negar lo que no
niega, es defender lo indefendible, es mentir como un bellaco, y creerse que
somos tontos del culo, porque no tiene otra explicación que este presidente se
aferre a haber sido elegido por “mayoría” para no reconocer sus errores, y su
mala gestión, que de seguir así nos va a costar una estallido social, y por
tanto llegar a una situación mucho peor que en la que estamos, porque no hay
que ser ingenuo como Rajoy parece ser, que una cosa es que lo parezca y otra
que lo sea, y creer que Rajoy con sus reformas va arreglar este desaguisado,
máxime cuando siga obedeciendo las pautas que desde Alemania le marca Ángela, a
la que se fue rápidamente a ver como el niño que en el patio del colegio
después de que le hayan zurrado sus compañeros va raudo a poner en conocimiento
de su superior inmediato las tropelías que los “otros” le están haciendo
sufrir, a él, víctima de la conspiración orquestada por esos que en las sombras
mueven siempre los hilos, eso niños malos que lo quieren todo, cuando él solo
les da un trocito del bocadillo.
Así que nuestro “honrado y
honesto” presidente se fue a ver a la Merkel para que ésta le diera unas palmaditas
en la espalda por hacer bien su trabajo: ponerle a España en bandeja a ella y a
su gran banco que en connivencia con el FMI, BM, BCE se quieren apropiar con
iniquidad de todo lo público, prometiéndole a Mariano una recompensa por su
trabajo, vamos aquello de la zanahoria al burro, y Mariano ya calmado y
tranquilo vuelve a España a querellarse con todo y todos, sin mencionar a
nadie, ¿qué es eso de querellarse con todo y todos? ¿Se querellará Rajoy con
los poco más de 46 millones de habitantes de España?
Otro día les hablo del caso Mato,
otro caso que según Rajoy no ha ocurrido, lo ha demostrado con sus palabras
apoyando a la ministra que al parecer de Mariano lo está pasando muy mal, (han
cantado línea) otro insulto a la inteligencia de los ciudadanos (continuamos
para bingo).
Artículo patrocinado por LetrasTRL Nº. 55-febrero-2013
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