ALGO MÁS QUE PALABRAS
Por Víctor Corcoba Herrero*
Un texto actual de la Comisión de Desarrollo Social de
Naciones Unidas sostiene que, a pesar de las riquezas que se generan a nivel
global, casi el 80% de la población del planeta carece de acceso adecuado a la
protección social. También apunta, el citado documento, que la falta de
oportunidades sociales, políticas y económicas hacen que las personas que viven
en la pobreza sientan impotencia y no vean salida para mejorar su posición.
Todo este desorden, que tiene su germen en la falta de humanidad, debe hacernos reflexionar a los humanos. Con
razón, crecemos, cuando meditamos.
A mi manera de ver, hemos de ser reeducados nuevamente en
la mano tendida hacia nuestros semejantes. Siempre habrá sufrimiento que
necesite consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. Siempre se darán situaciones
de necesidad material en la que será indispensable nuestro apoyo. De ahí, la
importancia de generar en todos los países una protección social básica y una
reeducación que nos sensibilice a aprender a vivir para (y por) los demás.
Por desgracia, hemos dejado de cultivar actitudes
responsables de humanización. Tenemos una crisis de interioridad como jamás en
nuestra historia de la civilización. Desde luego, esta educación renovadora de
las conciencias que propongo, obliga a revisar nuestros modos y maneras de
vivir, nuestro lenguaje y hasta nuestras propias costumbres, mediante un
espíritu de hermanamiento que nos permita readaptarnos y consolidar con
plenitud la riqueza espiritual humana. Tampoco se trata de ningún lavado de
cerebro, sino de pensar libremente sobre los motivos que generan las
desigualdades.
Cierto, las palabras que no van seguidas de hechos, no
valen nada. Debemos actuar por cambiar, ser más sensibles a las necesidades. No
podemos permanecer indiferentes ante este problema social. Al fin y al cabo,
todos necesitamos de todos en cualquier actividad. También cualquiera puede ser
marginado en algún momento de sus vida, por esa falta de mano tendida, y caer
en la indigencia. Sí en verdad estuviésemos educados para vivir en profundidad
la fraternidad, la triste mirada de los pobres nos dejaría hundidos.
Muchos de esos pobres quieren escapar de la pobreza
buscando nuevos horizontes a través del trabajo. También encuentran
dificultades. Suiza, por ejemplo, plantea recortar permisos de trabajo -acabo
de leer en un diario-. Los países deberían trabajar duro para que nadie se
tuviese que marchar en busca de mejor vida. Deben mejorarse las condiciones
internas que estimulen a quedarse, también las de aquellas personas formadas.
No es bueno que la fuga de cerebros vayan para determinadas naciones; pero, en
cualquier caso, la gente tiene derecho a huir de la miseria. Por eso, entiendo,
que tenemos que avivar una nueva reeducación que nos haga a todos más
comprensivos. A veces falta ayuda humanitaria, acompañamiento, asesoría y apoyo
a estas gentes que huyen del hambre. ¿Por qué marginalizamos a tantos seres
humanos? Pedir que no lleguen más inmigrantes a un país es como ponerse una
coraza, y despreocuparse del problema de otros, que podía haber sido problema de
cualquiera, tan sólo por haber nacido en una de las áreas marginadas del
planeta.
No hay otra salida que la mano tendida, que el amor
siempre dispuesto, como los poetas que lo son, se ha de trabajar a tiempo
completo por el ser humano. Considero, por tanto, una buena noticia la próxima
adopción de un protocolo facultativo activado por Naciones Unidas, encaminado a
que los ciudadanos puedan contar con
mecanismos internacionales para buscar justicia cuando sean violados, entre
otros, sus derechos laborales, la salud, la educación y un nivel de vida
adecuado. Sólo nos podemos salvar nosotros a nosotros mismos. Aparte de
encontrar nuestra realización, necesitamos sentirnos arropados. Para ello, uno
tiene que tender la mano antes que tender la vista, porque una caricia a nadie
se le puede negar, sobre todo bajo este inmenso escenario de dementes en el que
intentamos vivir.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
corcoba@telefónica.net
6 de febrero de 2013
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