Por Pedro Luis Ibáñez Lérida *
Estamos viviendo un conflicto democrático de
primera magnitud, donde las refutaciones, eufemismos y medias verdades asoman
sin sonrojo. La utilización de este tipo de recursos denigra y denosta la
acción política. Recordemos lo que el actual presidente del gobierno no se
cansaba de repetir, no hace mucho tiempo, reclamando la verdad al anterior,
"hay que llamar al pan, pan y al vino, vino". Pues bien,
hagámoslo ya que él no se aplica el cuento.Su insaciable voracidad definida en
una cada vez más decidida acción de
recorte social parece no tener límite. Ha optado por la estrategia de la
"tierra quemada". Tras sus propuestas y alternativas
económicas y sociales sólo queda avanzar hacia la precariedad y la decrepitud.
La gavilla de medidas que semanalmente escribe sobre el encerado tienen
carácter acrobático. Cada impulso, cada nuevo empuje supera al anterior en la
sofisticación de la merma de derechos y aplicación despiada de la vara verde.
El principio de equidad que defendió el Partido Popular -PP- desde la
oposición, se ha transformado en un peculiar sentido gubernamental de la
imposición. Como si de un sabotaje institucional se tratara, la educación, la
sanidad y la dependencia están sufriendo las consecuencias que derivan
directamente en los ciudadanos con menor poder adquisitivo.
Más
de 1,7 millones de familias no ingresan un solo salario. Este dato revela
el estado de parálisis en el que nos encontramos. La unción de esta realidad a
la aplicación de las subidas en las tasas universitarias, así como la
disminución y blindaje de las becas, recrudece la sensación de fragilidad
educativa. El escritor, filósofo y enciclopedista francés Denis Diderot
señalaba que "la finalidad de la educación siempre será la misma, en
cualquier siglo: formar hombres virtuosos e ilustrados". Habrá que
empezar a poner en duda tal afirmación si la austeridad mal entendida y
aplicada, reduce las posibilidades y acrecenta las diferencias entre quienes
podrán acceder al ámbito universitario. Pero este proceso regresivo también
tiene efectos negativos en el itinerario
inicial educativo. El gobierno de la Comunidad de Castilla-La Mancha destruirá
entre 800 y 1000 empleos. Se trata de los docentes de apoyo a la educación infantil.
El argumento para tal medida es tan peregrina como que se trata de una etapa
educativa no obligatoria y hay que reducir costes a los que no se puede hacer
frente. La educación está comprimida por una fuerza que milimetricamente va
elevando la presión hasta vencer su resistencia.
Van
cerrando puertas y nos sumen en la oscuridad. El desanimo generalizado de
la sociedad toma tintes dramáticos si hablamos de los inmigrantes. Cercados por
las asfixiantes medidas que les desamparan y que vulneran el espíritu del
Acuerdo de Schengen en cuanto a que son ciudadanos con plenos derechos al estar
dentro de los límites de los países europeos que lo suscribieron, como fue
España. Es como hacer oídos sordos a la aldaba que aporrea la puerta
insistentemente por un vecino de tu
propio bloque que solicita ayuda. A ello se une que el compromiso con la
cooperación ha sufrido un serio revés. La consabida y recurrente afirmación de
"falta de presupuesto" ha provocado que se cancelen 290
millones de euros, destinados a 120 proyectos que enfocaban su acción en los
campos de la agricultura, sanidad e infraestructuras en países como Sudán,
Congo, Haití, hasta alcanzar la cifra de 33.
En
el año 1981 el director cinematográfico Sidney Pollack dirigió la pelicula
"Ausencia de malicia", protagonizada por Paul Newman y Sally
Field. El título se enmarca dentro del término jurídico norteamericano no
exento de cinismo. Michael Gallagher, marcado por los delitos de su padre, se
ve envuelto en un claroscuro proceso judicial y periodístico. Es tomado como
chivo expiatorio del secuestro o asesinato de un sindicalista de Miami. La
incompetencia de los órganos judiciales y la ambición periodística se enfrentan
a la ética profesional. Sólo la habilidad y astucia del presunto culpable
logrará que se zafe de la situación a la que se ha visto abocado por las
tendenciosas informaciones periodísticas y el interés del poder judicial en que
se visualice su efectividad, aunque ello conlleve una injusticia en sí misma al
no garantizarse los derechos. En una de las escenas, Paul Newman reflexiona,
"cuando se dice que una persona es culpable todo el mundo lo cree.
Cuando se dice que es inocente a nadie le importa...las cosas no son como
parecen, no siempre"
Ausencia
de malicia, es una frase que resume la acción del Gobierno y la responsabilidad
de los poderes públicos en este oscuro periodo. Dicen no querer pero ellos bien
que aplican la austeridad sin paños
calientes y no dudan en culpabilizar a quienes cuestionen a aquélla como la
"piedra filosofal" que resolverá este maremágnum económico.
Curiosamente el rigor de la información que se brinda a los ciudadanos es un
maquillaje de mala calidad. Más aún cuando se motiva a que los mensajes que se
lancen a la sociedad sean histriónicos, para así recargar aún más la sensación
de pesadumbre y domesticar las conciencias. Como reconoce el refrán y su acervo
popular, "Dios no cumple antojos, ni endereza jorobados". Y
este gobierno tiene más que antojos y empieza a notársele la corcova.
*Pedro
Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com
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