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viernes, 20 de julio de 2012

Siria, la encrucijada sangrienta



La lentitud del magma

Por Pedro Luis Ibáñez Lérida*

"La muerte de cualquier hombre me disminuye porque
estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca
hagas preguntar por quien doblan las campanas:
doblan por ti
".
 John Donne


Siria, la encrucijada sangrienta

                        El reguero de inconformismo democrático que sacude al mundo árabe desde el año 2010, tuvo su detonante cuando el ciudadano tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló tras rociarse con gasolina el 17 de octubre de ese año. Sin embargo no hay que olvidar que un mes antes se produjeron en el Sahara Occidental enfrentamientos entre los saharahuis y la policía marroquí. La consolidación del campamento de Agdaym Izik provocó la reacción represiva del gobierno alauita. Distante a 16 kilómetros al sureste de El Aaiún, este asentamiento situaba en primera línea de atención política el larvado y enquistado conflicto que mantienen desde hace lustros, una vez que dejó de ser colonia española. El Sahara Occidental se encuentra en la lista de Naciones Unidas de territorios no autónomos. Un muro de más de 2000 kilómetros de longitud y 2 metros de altura con un amplio dispositivo defensivo de alambradas, zanjas y campos minados, limita el área de influencia marroquí. Entre el mes de octubre y noviembre, una cantidad aproximada de 20.000 saharahuis se habían conecntrado en el campamento, reclamando al reino de Mohamed VI viviendas, trabajo y ayudas sociales. Durante el tiempo de su existencia y hasta su disolución con métodos violentos, permaneció rodeado por un muro de 1,5 metros de altura construido por las fuerzas de seguridad de Marruecos. Este ataque provocó que la tensión se trasladará a las poblaciones de El Aaiún, Smara y El Marsa. Una guerra de cifras entre ambos bandos no fue óbice para constatar por diferentes organizaciones de derechos humanos la represión ejercida tanto física como de privación de libertad.

                        Túnez, Egipto, Argelia Líbano, Jordania, Mauritania, Sudán, Omán, Arabia Saudita, Yemen, Yibuti, Irak, Somalia, Barein, Irán, Libia, Kuwait, Marruecos, en mayor o menor medida y con desigual incidencia son paises que se han visto imbuidos por "La primavera árabe", así llamada por la prensa occidental. Si bien otros movimientos liderados por la sociedad civil y sobre todo por jóvenes en Occidente y Latinoamérica, como el 15M en España y otros con el acento puesto en la falta de futuro laboral, Portugal, Inglaterra, Grecia, Italia y las protestas estudiantiles en Chile, entre otros, han impulsado el intento de romper, con plena conciencia cívica y social, el amordazamiento de la política por la economía. En un valeroso empeño en aplicar la democracia real y hacer frente al conformismo y pesimismo reinante en la sociedad que, ahora, como un mar embravecido arroja a la playa los enseres más grotescos  que durante dos décadas permanecían en en el oscuro e invisible fondo: corrupción, despilfarro, robo y fraude.

                        Siria se ha convertido en una encrucijada sangrienta, desde que el 26 de enero de 2011, en la población de Al-Hasakah, el ciudadano sirio Hasan Alí Akleh, siguiendo la estela de otros ciudadanos árabes, se inmolará en acción de protesta contra el gobierno de Bachar El Asad. Son 16 meses de permanente iniciativa bélica sobre la población desde que la insurrección cívica se manifestara y rebelara en Deraa. Finalmente un desestructurado y autodenominado Ejercito de Liberación Sirio -ELS- parece haber asestado un golpe anímico y fuertemente simbólico tras sufrir en la propia capital de Damasco un atentado en el que ha muerto el ministro de defensa y su adjunto. Esta acción ha recrudecido la represión bélica que, al parecer, se extiende por diversos barrios de la ciudad. El número de desertores del ejército y estructura política del gobierno aumenta  día tras día, por lo que lo que da la impresión que el régimen gubernamental pretende fenecer matando. Siendo aquél un dato objetivo de desmembración. Mientras Rusía y China ejercen el  derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para impedir la intervención que procure, tras diversas propuestas fallidas, un alto el fuego, y las infructuosas negociaciones de Kofi Annan, Catar, Arabia Saudí, y parece ser que también EEUU y Turquía, facilitan armamento a los insurrectos. El equilibrio parece difícil cuando de lado de El Asad, Rusia reafirma la ascendencia e influencia política y armamentística junto a Irán e Hezbolá. La resolución del choque armado parece lejos de llegar a su fin y en esa terrible y dramática situación, los muertos y refugiados aumentan en proporciones significativas. Éstos  sobrepasan las posibilidades de los campos de refugiados en el Libano, Jordania y Turquía. Un éxodo que se ve sometido a la impiedad de las economías que surten al Alto Comisionado de las Nacions Unidas de Ayuda al Refugiado -ACNUR- ya que hasta la fecha sólo ha recibido el 10 por ciento de los 65 millones euros destinados a dignificar y sobrellevar las condiciones de los refugiados. El futuro de Siria parece encaminarse a la crueldad, si después de la guerra civil que mantienen sus ciudadanos, el ciego odio y el afán de venganza procuré en uno u otro bando la demostración de la fuerza a través de la represión y no el afán de justicia. Ejemplos no nos faltan. Hace apenas unos días se cumplió el septuagésimo sexto aniversario del inicio de la  Guerra Civil Española. Si descarnada fue la contienda, mucho más lo fue el periodo de posguerra. Los fusilamientos y la mano de obra esclava eran métodos de uso común. De los asesinados, en una inmensa mayoría, se ignorá su paradero. De los que dejaron su penosa y carcelaria vida en campos de concentración y fueron destinados a la construcción de obras de diferente tipo para el régimen fascista, representan y simbolizan la zafia mansedumbre de la paz a golpe de culata y beneficios de sudor ajeno. Como así fue el Valle de los Caídos o El canal del Bajo Guadalquivir, más conocido por "El canal de los presos". El hispanista Paul Preston en su libro "El holocausto español", describe de forma minuciosa lo que fue aquella sistematizada tragedia, que pervive en la memoria de los que la sufrieron y en los que la oímos de los labios de nuestros abuelos y padres.
                                   
Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com

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