La lentitud del magma
Siria, la
encrucijada sangrienta
El reguero de inconformismo democrático que
sacude al mundo árabe desde el año 2010, tuvo su detonante cuando el ciudadano
tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló tras rociarse con gasolina el 17 de octubre
de ese año. Sin embargo no hay que olvidar que un mes antes se produjeron en el
Sahara Occidental enfrentamientos entre los saharahuis y la policía marroquí.
La consolidación del campamento de Agdaym Izik provocó la reacción represiva
del gobierno alauita. Distante a 16 kilómetros al sureste de El Aaiún, este
asentamiento situaba en primera línea de atención política el larvado y
enquistado conflicto que mantienen desde hace lustros, una vez que dejó de ser
colonia española. El Sahara Occidental se encuentra en la lista de Naciones
Unidas de territorios no autónomos. Un muro de más de 2000 kilómetros de
longitud y 2 metros de altura con un amplio dispositivo defensivo de
alambradas, zanjas y campos minados, limita el área de influencia marroquí.
Entre el mes de octubre y noviembre, una cantidad aproximada de 20.000
saharahuis se habían conecntrado en el campamento, reclamando al reino de
Mohamed VI viviendas, trabajo y ayudas sociales. Durante el tiempo de su
existencia y hasta su disolución con métodos violentos, permaneció rodeado por
un muro de 1,5 metros de altura construido por las fuerzas de seguridad de
Marruecos. Este ataque provocó que la tensión se trasladará a las poblaciones
de El Aaiún, Smara y El Marsa. Una guerra de cifras entre ambos bandos no fue
óbice para constatar por diferentes organizaciones de derechos humanos la
represión ejercida tanto física como de privación de libertad.
Túnez,
Egipto, Argelia Líbano, Jordania, Mauritania, Sudán, Omán, Arabia Saudita,
Yemen, Yibuti, Irak, Somalia, Barein, Irán, Libia, Kuwait, Marruecos, en mayor
o menor medida y con desigual incidencia son paises que se han visto imbuidos
por "La primavera árabe", así llamada por la prensa
occidental. Si bien otros movimientos liderados por la sociedad civil y sobre
todo por jóvenes en Occidente y Latinoamérica, como el 15M en España y otros
con el acento puesto en la falta de futuro laboral, Portugal, Inglaterra,
Grecia, Italia y las protestas estudiantiles en Chile, entre otros, han
impulsado el intento de romper, con plena conciencia cívica y social, el
amordazamiento de la política por la economía. En un valeroso empeño en aplicar
la democracia real y hacer frente al conformismo y pesimismo reinante en la
sociedad que, ahora, como un mar embravecido arroja a la playa los enseres más
grotescos que durante dos décadas
permanecían en en el oscuro e invisible fondo: corrupción, despilfarro, robo y
fraude.
Siria
se ha convertido en una encrucijada sangrienta, desde que el 26 de enero de
2011, en la población de Al-Hasakah, el ciudadano sirio Hasan Alí Akleh,
siguiendo la estela de otros ciudadanos árabes, se inmolará en acción de
protesta contra el gobierno de Bachar El Asad. Son 16 meses de permanente
iniciativa bélica sobre la población desde que la insurrección cívica se
manifestara y rebelara en Deraa. Finalmente un desestructurado y autodenominado
Ejercito de Liberación Sirio -ELS- parece haber asestado un golpe anímico y
fuertemente simbólico tras sufrir en la propia capital de Damasco un atentado
en el que ha muerto el ministro de defensa y su adjunto. Esta acción ha
recrudecido la represión bélica que, al parecer, se extiende por diversos
barrios de la ciudad. El número de desertores del ejército y estructura
política del gobierno aumenta día tras
día, por lo que lo que da la impresión que el régimen gubernamental pretende
fenecer matando. Siendo aquél un dato objetivo de desmembración. Mientras Rusía
y China ejercen el derecho de veto en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para impedir la intervención que
procure, tras diversas propuestas fallidas, un alto el fuego, y las
infructuosas negociaciones de Kofi Annan, Catar, Arabia Saudí, y parece ser que
también EEUU y Turquía, facilitan armamento a los insurrectos. El equilibrio
parece difícil cuando de lado de El Asad, Rusia reafirma la ascendencia e
influencia política y armamentística junto a Irán e Hezbolá. La resolución del
choque armado parece lejos de llegar a su fin y en esa terrible y dramática
situación, los muertos y refugiados aumentan en proporciones significativas.
Éstos sobrepasan las posibilidades de
los campos de refugiados en el Libano, Jordania y Turquía. Un éxodo que se ve
sometido a la impiedad de las economías que surten al Alto Comisionado de las
Nacions Unidas de Ayuda al Refugiado -ACNUR- ya que hasta la fecha sólo ha
recibido el 10 por ciento de los 65 millones euros destinados a dignificar y
sobrellevar las condiciones de los refugiados. El futuro de Siria parece
encaminarse a la crueldad, si después de la guerra civil que mantienen sus
ciudadanos, el ciego odio y el afán de venganza procuré en uno u otro bando la
demostración de la fuerza a través de la represión y no el afán de justicia.
Ejemplos no nos faltan. Hace apenas unos días se cumplió el septuagésimo sexto
aniversario del inicio de la Guerra
Civil Española. Si descarnada fue la contienda, mucho más lo fue el periodo de
posguerra. Los fusilamientos y la mano de obra esclava eran métodos de uso
común. De los asesinados, en una inmensa mayoría, se ignorá su paradero. De los
que dejaron su penosa y carcelaria vida en campos de concentración y fueron
destinados a la construcción de obras de diferente tipo para el régimen
fascista, representan y simbolizan la zafia mansedumbre de la paz a golpe de
culata y beneficios de sudor ajeno. Como así fue el Valle de los Caídos o El
canal del Bajo Guadalquivir, más conocido por "El canal de los presos".
El hispanista Paul Preston en su libro "El holocausto español",
describe de forma minuciosa lo que fue aquella sistematizada tragedia, que
pervive en la memoria de los que la sufrieron y en los que la oímos de los
labios de nuestros abuelos y padres.
Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com
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