Por Pedro Luis Ibáñez Lérida*
Testigos de cargo
"La muerte de
cualquier hombre me disminuye porque
estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca
hagas preguntar por quien doblan las campanas:
doblan por ti". John Donne
estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca
hagas preguntar por quien doblan las campanas:
doblan por ti". John Donne
Testigos de cargo
El siempre enigmático azar ha traído de su
mano que en la misma semana, apenas 72 horas entre un hecho y otro, la
justicia y el trabajo hayan sido testigos de cargo de un proceso similar en
incidencia social y política. En ambos la sensación de cierta perplejidad y
marcada afección, sigue estando presente en la sociedad española. La
vulnerabilidad se ha asentado al socaire de la fatalidad que estimulan los
analistas y organismos económicos, en cuanto a seguir profundizando en la sustracción de derechos laborales. Igualmente
el sinsentido de atar en corto a quién pretenda enjuiciar la corrupción o
atentado a los derechos humanos. La reforma laboral aprobada por el gobierno y
la sentencia con la que el tribunal Supremo condena a Baltasar Garzón a 11 años de
inhabilitación, tienen peso propio para no desmerecer de atención las
consecuencias que nos esperan.
La
certeza que las decisiones del poder político no son siempre mesuradas y
que se encuentran, en ciertos casos, imbuidas en un clima específico, no creo
que nadie lo ponga en duda. Y para eso la variopinta amalgama de declaraciones,
dimes y diretes que, desde la entrada del nuevo gobierno del Partido Popular
-PP- hemos padecido y, visto lo visto, seguiremos sufriendo. Recordar el arrojo
de las manifestaciones de algunos de sus miembros que sin sonrojo y, por
contra, con una frescura rayana con la indiferencia, inscriben en un estilo
vulgar. Cuando sindicatos y patronal habían llegado a un acuerdo que se había
dilatado desde meses atrás, la intervención de este gobierno "liberal"se
ha encomendado al despido como panacea para frenar el hundimiento de un sistema
basado en el omnipresente beneficio económico. La fijación del despido con una
indemnización de 20 días por año con el máximo de una anualidad por causas
económicas, insufla oxígeno a la economía sumergida. Pues si bien la impresión
en cuanto al cumplimiento de objetivos es la flexibilización del trabajo, como
medida incentivadora de la productividad,
el desconcertante e incierto panorama que se traslada parece convertir a
los trabajadores en peones doblaos de un ajedrez: ralentizan sus derechos pero
el juego continúa.
La
impudorosa sentencia no sólo afecta al juez. Es a la sociedad a la que se
le secuestra un referente moral. La unanimidad de la sentencia establece el
equilibrio incorruptible del ya ex juez. La balanza que sostiene la ciega
justicia, tiene en sus extremos los platos del GAL y Gürtel. De un lado y otro
recibió aplausos cuando el interés de la causa era rentabilizado contra el
adversario político. Pero también reproches y descalificaciones cuando la
sombra se cernía en sentido contrario. Así se forjó la animadversión que tuvo
su punto álgido en la apertura de la investigación sobre los crímenes y
desaparecidos en la Guerra Civil. Curioso que no exista en el fallo judicial ni
un solo voto particular que, con un mínimo de criterio crítico, no advierta y
subraye las vicisitudes que han jalonado
de tintes sospechosos la instrucción. Y es que la insistencia de los representantes
del poder judicial, reiterando que se trata de una sentencia modélica desde el
punto de vista técnico, no resta a la apreciación popular el sinsentido como el
ex juez es el primer y único delincuente
y, además, acusado de prevaricación.
El
11 de febrero, se conmemoró el 75 aniversario de los bombardeos de la
llamada "carretera de la muerte", más conocida por la "desbandá
". Cerca de 15.000 personas huyeron de Málaga ante la llegada de las
tropas sublevadas que comandaba el general Queipo de Llano. Su objetivo era
Almería y para ello emprendieron la ruta de la costa. En esa penosa vía de
escape fueron asediados con tanta virulencia que murieron cerca de 7000
personas bajo el fuego de cañones de artillería, fragatas y bombardeos aéreos.
La mayoría no llegó al destino previsto. Fue el mayor éxodo de refugiados en la
Guerra Civil. Las fosas comunes recogieron el silencio de los muertos,
blanqueadas por la cal a lo largo de la carretera. Hace escasamente 8 meses, la
Real Academia de la Historia publicó los primeros 25 volúmenes de la obra
"El Diccionario biográfico español", a la que había sido
destinada una subvención de 193.390 euros. Esta voluminosa como indefinida
obra, califica de autoritaria y no de totalitaria la dictadura de Franco. Tal vez
el "Carnicerito de Málaga", en su sentida y compungida
alocución televisiva, tras la muerte del dictador, haya dejado profundo arraigo
en ciertos historiadores. La pátina de la historia no tiene por qué desmerecer
la verdad, siempre y cuando recoja el eco de la intrahistoria como decisivo
elemento de contraste entre la versión oficial y la real.
*Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com
*Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com
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