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jueves, 20 de agosto de 2015

Del dolor y la insatisfacción por Alvaeno Alvaeno

Con este ensayo no pretendo dogmatizar ni mucho menos asentar las bases como inamovibles, ya que este ensayo, como diría Montaigne, no es más que mi humilde opinión sobre unos acontecimientos en los que por desgracia, o por suerte, me he visto involucrado, en su mayor parte por voluntad ajena, ya que la mía no estaba, ni está, de acuerdo con el sesgo que han tomado las cosas ocurridas, pero esta parte, tan íntima no la haré pública por motivos evidentes. Quede este ensayo a modo de abrir un debate para que todas las partes en conflicto que se sientan identificadas en él saquen sus conclusiones, y reitero que no es mi intención de dogmatizar mi opinión, para nada, sea libre el lector de tomar lo aquí escrito como bien le parezca, pero que se olvide de pensar que esta es la verdad, porque no existe tal como tal, sino que existe la verdad de cada uno y de las perspectivas en que cada uno vea el tema que paso a exponer, quiero comenzar trascribiendo un texto del libro de Ensayos, Libro I, cap. XXXIX, pág. 76, de Michel de Montaigne.

“In culpa est animus qui se non effugit unquam”.
Horacio, Epístolas, I, XIV, pág 15

“Nuestro mal reside en el alma y ésta no puede escapar de sí misma”.
“Y así hemos de retirarla y encerrarla en sí misma: ésta es la verdadera soledad de la que gozarse en el corazón de las ciudades y de las cortes reales; mas se goza de ella mejor a solas. Y puesto que decidimos vivir solos, prescindiendo de toda compañía, hagamos que nuestro contento dependa de nosotros; desprendámonos de todas las ataduras que nos ligan a los demás, ganemos el poder vivir plenamente solos, viviendo a nuestro gusto.”

Pienso en este dolor que llevo conmigo, esa desazón que me condiciona, pero este es mi dolor, el mío, el que alimento con recuerdos como si con ello pretendiera expiar mis culpas reconociendo mis errores. Pero, ¿y el dolor que sienten los otros?, por ejemplo el dolor que siente un hijo cuando es alejado de su padre o de su madre, ¿y el dolor que siente un hombre o una mujer cuando deciden acabar con su relación amorosa?

Me hago una y otra vez estas preguntas pero difícilmente encuentro respuestas a ellas, máxime encuentro en la observación de los factores que las motivan un elemento de consuelo, ya que por estas preguntas se me hace más comprensible aquello que no entiendo, aquello que me desborda por entenderlo como un sinsentido, una sinrazón propia de ese complejo que los expertos han dado en llamar “complejo Peter Pan”.

¿Cómo saber qué gravedad alcanza el dolor que sufre un hijo cuando es arrancado de los brazos de un padre o de una madre, precisamente por la conducta de éstos? Al ser un niño, ¿ideará mecanismos para soportar esa pérdida, para anular la sensación de dolor, para eludir la ausencia de cualquier lazo afectivo que se verá modificado por la ruptura de sus padres?

¿Cómo es el dolor que siente una madre o un padre  ante la ruptura, ante la separación de su pareja?  ¿Cómo una madre no puede amar al padre de sus hijos, y viceversa? ¿Cómo ve el niño este rechazo de uno hacia el otro, cómo lo entiende, y cómo lo encaja? Dependiendo de la edad lo asimilará de uno u otro modo, pero sufrirá la pérdida, de eso no cabe duda.

¿Actuamos superficialmente dando a entender que nada se sufre, que nada se siente, que nada duele cuando se ha roto la relación y se ha dividido la familia? ¿Alberga nuestro cuerpo un corazón insensible? ¿Es una reacción de defensa por la que se produce esa insensibilidad, esa frialdad, esa indiferencia, tanto hacia la pareja como hacia los hijos de esta si los hubiera?

¿Es obsesión lo que lleva a algunos a sentir ese dolor que produce la ausencia de un ser querido (no hablo aquí de una pérdida irreparable producida por la muerte), el alejamiento del mismo? ¿Es frustración ver que una parte de la vida se va al traste por razones que en muchos casos, no hemos diseccionado del todo, dejando en las profundidades del cadáver de esa relación, la verdadera razón del meollo?

¿Qué dolor siente una madre, un padre o un hijo ante el rechazo y el abandono? ¿Es comparable ese dolor, es idéntico?

Al abrazar una vida de reflexión y austeridad en un mundo como en el que vivimos, donde los valores han sido borrados de un plumazo, abrazo el dolor que produce ver la estulticia con la que algunos seres humanos se comportan y me pregunto: ¿Realmente algunas personas no sienten el dolor que produce la ausencia? ¿Realmente saben qué significa la palabra Amor (1), qué significa Amar?


Todo esto nos puede llevar a un comportamiento totalmente egoísta y atentar contra los Derechos del niño, por tanto hago algunas preguntas más:
¿Cómo los adultos ensimismados en sus insatisfacciones, pueden hacer sufrir a un niño, produciéndole dolor, ese dolor que se tiene al percibir la pérdida de un padre o una madre (repito, no por muerte, sino por separación)? ¿Tienen en cuenta esos adultos el sufrimiento que causarán a sus hijos por sus conductas de irresponsables disolutos? ¿Es el egoísmo de esos adultos y su falta de compromiso los que atentan contra los Derechos del niño? ¿Con qué derecho un padre o una madre separan a su hijo del otro? A no ser por razones de fuerza mayor como pueden ser la violencia intrafamiliar, u otros casos en los que no se pueda hacer nada más que aplicar la ley; pero no estoy hablando de esos casos, sino de casos “normales” entrecomillo por parecerme que en una ruptura no hay nada de normal, sino que pienso que si se produce es porque existe una anomalía que los expertos deben de diagnosticar y aplicar el tratamiento que más convenga para cada caso, suponiendo que las partes en conflicto se avengan a ello.

Pero en casos en los que se suele alegar como razón de ruptura la falta de comunicación o el enfriamiento en la relación, o que se acabó el amor, como si el amor viniera en un bote con dosificador y sin recambio…, sabemos desde hace tiempo, y esto lo saben mejor los especialistas: psicólogos, psiquiatras, que con una buena terapia estas razones de poco peso, dejan de existir para dar paso a un reforzamiento de las relaciones, que en una buena proporción suelen salvarse afirmándose en ellas los valores como respeto, honestidad, fidelidad, confianza…

¿Con qué amor ama un padre a un hijo cuando lo abandona? ¿Con qué amor ama una madre a un hijo cuando lo abandona o lo aleja de su padre? Sabemos que en una gran mayoría de los casos es el padre el que abandona el núcleo familiar y con ello a su mujer e hijos, pero cada vez se están dando más casos en los que es la mujer la que está adoptando esta actitud de abandono, siendo ella la que sale del nido familiar para hacer una nueva vida.

Tras hacer un análisis sobre separaciones o divorcios en España donde se rompe un matrimonio cada 3,7 minutos, o lo que es lo mismo 387 matrimonios acaban en un día, me he hecho algunas preguntas, y repito que no intento con ellas sentar las bases de nada, sino que sean los lectores los que reflexionen, y si quieren busquen las respuestas. Un sociedad en la que un porcentaje tan alto de parejas se divorcia debe padecer algún defecto, o alguna enfermedad, porque si los adultos que deciden compartir sus vidas de forma voluntaria, y por amor, como suele suceder, necesitan 15,7 años (media de años que dura una pareja en España), para descubrir que ya no aman a sus parejas, o que ya no se llevan bien con ellas, o que han conocido a otra persona que les llena más que con la que han compartido amor, cama y complicidades durante tantos años, deben tener una tara o un defecto interno que ya estaba allí cuando ocurrió ese bello milagro que llamamos amor y que dura el tiempo que, según mi opinión, estemos dispuestos a mantenerlo con vida.

¿Coincidencias?

Soy persona que gusta buscar el porqué de los hechos, y en este caso que me ocupa sobre la ruptura de parejas, por razones de la casualidad o el destino he podido llegar a analizar algunos casos en los que se dan ciertas coincidencias. En estos casos parece existir una carencia afectivo-paterna. En algunos ellos la figura paterna –biológica-, no ha estado presente nunca, bien por muerte prematura del progenitor, o por la desaparición de éste por motivos distintos. En otros sí ha estado presente la figura paterna, pero en estos casos parece que estos padres no han dedicado tiempo a sus hijas en el plano afectivo, mostrándoles su amor hacia ellas, creando en las mismas una dependencia afectiva hacia los hombres con el resultado de abandono por parte de éstas a esos hombres.

Hay otras coincidencias como la de los hijos, y la edad de las madres que va de los treinta a los treinta y cinco años, y como media se da también cierta coincidencia que han estado con sus parejas entre diez y quince años.

En estos casos el modus ha sido más o menos el mismo, han sido ellas las que han decidido dejar a sus parejas mostrando cierto rechazo o aborrecimiento hacia ellas. En algunos casos los hombres, tras la ruptura, iniciaron una serie de acciones dirigidas a reconquistar a sus compañeras perdidas, en estos la reacción de las mujeres es parecida, y en lugar de que esos actos de reconquista las acerque a su compañeros, las alejan mucho más de ellos.

Estas mujeres crean un vínculo con sus amigas y familia para reafirmarse en su decisión y no ceder ante los intentos de sus parejas para solucionar el conflicto y vuelvan a tener la vida familiar que antes de la separación llevaban, con lo que el rechazo y el aborrecimiento hacia estos hombres en lugar de menguar, crece.

En el caso dela actitud de reconquista por parte de los hombres les hago algunas preguntas:
¿Está motivada esa actitud de reconquista por un sentimiento obsesivo de posesión? ¿Ven ellos en el alejamiento de sus mujeres, la pérdida o alejamiento de sus madres? ¿Es este comportamiento por parte de ellos infantil e inmaduro? ¿Qué creen perder ellos en esa ruptura; a la compañera, a la amiga cómplice, a la amante, o a la madre? ¿Qué pretenden recuperar y por qué se obsesionan por ello? ¿Llevan a cabo estas acciones de reconquista por orgullo, o por la educación recibida sobre el roll machista de que las mujeres son propiedad de los hombres?

Por parte de ellas, también hago algunas preguntas para ver si me dicen algo sobre su actitud ante la ruptura:
¿Es esa carencia afectivo-paterna la que activa el resorte que acciona en ellas, quizá inconscientemente, vengarse de sus padres, unas por el abandono que sufrieron por parte de ellos, y otras porque a pesar de tenerlos presentes no les dedicaron ni una muestra de cariño hacia ellas? ¿Se dan cuenta de que con esa actitud están haciendo que la historia se repita con sus hijos? ¿Lo hacen para expiar sus culpas y resarcirse así de sus frustraciones? ¿Qué frustración sienten cuando deciden tomar la decisión de abandonar a su pareja? ¿Cómo ven la figura paterna que representan sus compañeros? ¿Qué les recuerda en su fuero interno esta figura?

Sigamos:

¿Cuál es la principal razón para llevar a cabo la decisión de separarse por ambos lados?

Veamos:
Las fuentes consultadas parecen coincidir en el mismo punto sin reconocer otro con respecto a que sea esa carencia afectivo-paterna, porque esta no la ven como tal, y no la reconocen como el drogodependiente no reconoce su dependencia, ni el alcohólico tampoco lo hace, y la razón de más peso que arguyen es el enfriamiento que se ha producido en la relación, y lejos de ser atajado éste trabajando para que el fuego en declive vuelva a resurgir avivando la llama de ese amor que se había dejado enfriar, se va apagando con acciones que solo la desesperación, la angustia, o la debilidad pueden estropear, más si cabe, la situación abriendo una brecha que distancia e incomunica a esas parejas quedando a merced de la única opción que a esas alturas queda: la ruptura.

Ruptura a la que se llega en muchas ocasiones, repito que hay excepciones…, porque es más fácil la huida hacia adelante que afrontar el problema, coger el toro por los cuernos y luchar para vencer la insatisfacción y la desilusión que han sido las razones por las que se ha llegado hasta ese punto en el que ya no haya retroceso.

¿Es la sociedad en la que vivimos la responsable de esta destrucción, de esta desestructuración que estamos sufriendo en el plano de la familia? ¿Hacia qué tipo de modelo familiar viaja el ser humano?
¿Es una sociedad que promulga falsos valores como los de usar y tirar, los de consumir, los de comprar por comprar, consumir por consumir, la responsable de que en España, por ejemplo haya ese elevado porcentaje de divorcios y separaciones?
¿Qué daños irreversibles sufren los hijos de las parejas que rompen cada día? ¿Daños colaterales? ¿Cómo podemos ser tan cínicos y llamar daños colaterales a los que un padre y una madre producen en sus hijos por tomar la decisión de separarse?

Conviene aclarar que los problemas que conducen al divorcio, la mayoría de las veces, podrían solucionarse si se abordaran a tiempo y con empeño por parte de los cónyuges.(2)

Para terminar voy a plantear otras preguntas, que el otro día un buen amigo me planteó, para su reflexión:


¿Qué es una nación?: Una nación es un conjunto de regiones.
¿Qué es una región?: Una región es un conjunto de provincias.
¿Qué es una provincia?: Una provincia es un conjunto de comarcas.
¿Qué es una comarca?: Una comarca es un conjunto de pueblos.
¿Qué es un pueblo?: Un pueblo es un conjunto de familias.
¿Qué es una familia?: Una familia es un conjunto de personas que son la base de toda sociedad.
Así que si consigues llegar al núcleo de la familia y lo destruyes ¿qué conseguirás con ello? Quede la respuesta a vuestro libre albedrío.


1: amor.
(Del lat. amor, -ōris).
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. m. Tendencia a la unión sexual.
5. m. Blandura, suavidad. Cuidar el jardín con amor
6. m. Persona amada. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing. Para llevarle un don a sus amores
7. m. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.
8. m. p. us. Apetito sexual de los animales.
9. m. ant. Voluntad, consentimiento.
10. m. ant. Convenio o ajuste.
11. m. pl. Relaciones amorosas.
12. m. pl. Objeto de cariño especial para alguien.
13. m. pl. Expresiones de amor, caricias, requiebros.
14. m. pl. cadillo (planta umbelífera).

2: Conviene aclarar que los problemas que conducen al divorcio, la mayoría de las veces, podrían solucionarse si se abordaran a tiempo y con empeño por parte de los cónyuges. 

Fuentes consultadas

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