POR ARIEL POLONI DABALÁ
La
única forma que visualizo hoy para mantener mi libertad, nuestra libertad, y
poder obrar en consecuencia, es hacernos conscientes y aceptar, no resignarse y
luchar, pero comprender y aceptar que esta violenta agresión neoliberal que nos
acomete y envuelve cada día nos ha incidido y nos incide, en nuestros
sentimientos, nuestro razonar, nuestras creencias, nuestras conductas, nuestro
relacionarnos con los demás y con la sociedad toda, nuestro reaccionar ante la
desidia generalizada, la negligencia generalizada, la inercia, el hábito, la
costumbre, nuestra vida toda.
Si
reflexionamos y comprendemos que toda la maquinaria publicitaria para “hacer
creer” – para engañarnos y poder seguir dominándonos, como nos han hecho
creer, por ejemplo, que existe o alguna vez existió el mercado libre –,
es planificada, ejecutada deliberadamente, entonces empezaremos a ponernos en
guardia. Si tenemos en cuenta los salvajes espionajes que el fascismo orquesta
cada día para conocernos mejor y mejor dirigir nuestro sentir, nuestro pensar,
nuestro creer y nuestro accionar, y comprendemos que nos trasciende y nos
repercute, nos afecta, que tiene efecto en nosotros, entonces y recién entonces
nos ponemos en posición para poder revisar el alcance de su influencia sobre
nosotros. Comprenderemos así cómo ejerce y ha ejercido su predominio, con una
pretendida fuerza moral realmente inmoral, deshonesta, impúdica, obscena,
corrompida y corruptora.
Explicito
mejor estos conceptos con algunas ideas, que importan, tomadas al azar hoy:
LIDERAZGOS
FUERTES - esta idea es central en el progresismo actual; Tony Blair, el del
genocidio en Irak con George Bush, organiza conferencias internacionales para
la formación de liderazgos fuertes a nivel mundial; en Uruguay, el ex-Presidente Vázquez, en sus “APUNTES PRELIMINARES
REFERIDOS A LA EVENTUAL ACTUALIZACIÓN IDEOLÓGICA DEL FRENTE AMPLIO”, en el
último párrafo propone: “…ofrecer un liderazgo sólido y al mismo tiempo
recoger sus aspiraciones más compartidas.” Esta es una necesidad del
capitalismo en su etapa neoliberal, tendiente al fascismo. No, no necesitamos
líderes neoliberales; sabemos a dónde apuntan los liderazgos sólidos.
Necesitamos equipos de trabajo fuertes y conciencias limpias.
NO
PODEMOS – es una vieja idea fascista incrustada en la social-democracia desde
siempre y que la han mantenido en todas sus evoluciones posteriores hasta
llegar el progresismo hoy. Ya Lenin unos cien años atrás les señalaba: “no
digan que no pueden, digan que no quieren”. Hoy, en Uruguay, el progresismo
en el gobierno la utiliza con mucha fuerza.
EL
CAPITALISTA TIENE FUERZA Y DECIDE – el capitalista está acostumbrado a mandar,
como el estanciero en su estancia; a tomar sus decisiones por todos y pretende
obligar a todos a que se lo obedezca, tratando a los demás como si fueran sus
peones, sus inferiores o sus subordinados. Y no es así. Hay gobernantes que
están de acuerdo con los capitalistas, hay gobernantes que son parte de ellos,
puede que haya gobernantes que reciben coimas de ellos, otros que parecen
tenerles miedo, otros que son simples alcahuetes por vocación. El capitalista
dice y cree que tiene fuerza y decide, pero, ¿qué dice la historia?
SI
DESOBEDECEMOS ES PEOR – El capitalista es un extremista que plantea sus
exigencias del modo más agresivo posible: o se los obedece o hacen la guerra o
meten dictaduras. Si esto no fuera una falacia, ¿cómo progresan la humanidad y
el humanismo?
PRIMERO
HACER LA TORTA PARA DESPUÉS REPARTIRLA – otra vieja idea fascista ya utilizada
en Uruguay a principios de la dictadura cívico-militar. ¿No recuerdan al
general torturador Bolentini metido a político? “No podemos repartir la
miseria”, primero hay que producir… Convendría que los contadores y
economistas jóvenes que se meten a políticos estudiaran algo de historia
además. Especialmente los sedicentes de izquierda.
EL
DINERO MANDA – ¡Falso! Las bolsas de valores en dinero se desploman y las
crisis revientan por un sentimiento: la confianza. Porque los sentimientos
humanos son mucho más fuertes que el dinero; el dinero manda a los fascistas,
no a los seres humanos libres y democráticos. Así como en las bolsas, en
política también define la confianza… y la desconfianza.
Por
este tipo de cosas es que la única forma que visualizo hoy para mantener mi
libertad, nuestra libertad, y poder obrar en consecuencia, es hacernos
conscientes y aceptar que andan muchas ideas en la vuelta que no son nuestras,
sino de los fascistas.
En
Uruguay, los partidos de la dictadura, el Partido Nacional y el Partido
Colorado, ya perciben que están desechos, que ni juntos tienen posibilidades
electorales y han empezado a utilizar con más fuerza que antes formas de
confundir conceptos desparramando sus ideas disfrazadas. Cada día van más a
contrapelo de la historia, la situación los obnubila, se ofuscan y confunden,
porque lo único que atisban en el horizonte político uruguayo, que vislumbran
por los indicios es derrotas y más derrotas.
Cuenta
la mística frenteamplista que una vez el “PUEBLO DIJO BASTA Y ECHÓ A ANDAR”.
¡Allá vamos!
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