Letras tu revista literaria

miércoles, 14 de marzo de 2012

La lentitud del magma


Pedro Luis Ibáñez Lérida *

Cuando vinieron a por mí

                        "Érase una vez, un país en el que vivían una cigarra y una hormiga. La hormiga era hacendosa y trabajadora, y la cigarra no. Le gustaba cantar y dormir, mientras la hormiga hacía sus labores.Pasó el tiempo y la hormiga trabajó y trabajó todo el verano, ahorró cuanto pudo, y en invierno, la cigarra se moría de frío, mientras la hormiga, tenia de todo... ¡Que hija de puta la hormiga! La cigarra llamó a la puerta de la hormiga, que le dijo:

                        - Cigarrita, cigarrita, si hubieras trabajado como yo, ahora no pasarías hambre ni frío... ¡¡y no le abrió la puerta!!

    - ¿Quien ha escrito esto? Porque esto no es así; la hormiga esta es una hija de la gran

puta y una especuladora. Y además, aquí no dice porque unos nacen cigarras y otros hormigas, y tampoco, que si naces cigarra estás jodido, y aquí, no lo cuenta".

                        Santa, uno de los parados de la película "Los lunes al sol", del director madrileño Fernando León de Aranoa e interpretado por Javier Bardem, se esforzaba en leer el cuento de "La cigarra y la hormiga"a un niño, bajo la tenue luz de la lámpara de una mesilla de noche. El niño, que atendía sin parpadear a un cariacontecido y remiso cuentista, parecía que perdía el sueño por momentos, cuando aquél mientras ponía en duda la moraleja del cuento, percutía los dedos sobre la tapa del cuento reafirmando tamaña injusticia que se describía y que tenía en sí mismo el mejor ejemplo. Apenas han transcurrido 10 años desde el estreno de esta película que consiguio diversos galardones cinematográficos nacionales e internacionales. El infortunio de un grupo de hombres como consecuencia del desempleo que sufren, da pie a contar la historia de la exclusión social que significa el panorama laboral. El desarraigo social les somete a la dura e introspectiva experiencia de vagar sin rumbo fijo, flotando al albur de la corriente. La película incide en el valor del trabajo como encauzamiento y vertebración social. En tales circunstancias toma partido por la solidaridad que infunde a los trabajadores el mínimo equilibrio para no perder la cordura. Cierto es que la resignación abunda en sus rostros y maneras. Pero incluso así, sin aspavientos ni otras prerrogativas o artificios aliviadores o presuntuosos, la dignidad está a flor de piel. Y se defiende con uñas y dientes aunque la imagen final pueda entenderse como la resignación, la indiferencia y el conformismo, nada más lejos de la realidad. En estos días que tanto se habla de violencia estructural para justificar un posicionamiento ultraconservador, la muerte social que deriva de la precariedad laboral y el desempleo se afianza con decidido empeño, a tenor de la aprobación de la Reforma laboral. Es curioso que frente a esta iniciativa legislativa gubernamental, y como respuesta inmediata, los sindicatos convoquen una Huelga General. Argumentando que el contexto de crisis, no la hace adecuada para nuestra imagen internacional y confianza en los mercados. Pero, ¿qué esperaban que sucediese... ? Los sindicatos ejercen, también, la responsabilidad de posicionarse con coherencia y sin espasmos. Lo extraño hubiese sido lo contrario. Y aunque el constante avatar mediático cuestione la inoportunidad, va a convertirse en un referente europeo como defensa sin fisuras de los derechos laborales. Porque no cabe la menor duda que, como bien señala el refran, "A río revuelto ganancia de pescadores".Mientras los recortes van dando forma a un patrón político y conductual, cala en la sociedad un grado de austeridad cada vez mayor. De ahí a la reconversión de los derechos queda un brevísimo espacio.

                        Santa, se aproxima al portal de una casa. Los ladridos de un perro transmiten cierta orfandad y desamparo en la madrugada. En un primer instante el intermitente destello de la luz no hace presagiar el final de la escena. Llama al timbre. Se denota la familiaridad por la insistencia. La falta de respuesta le desconcierta. Y es en ese preciso momento cuando parece apercibirse de la luz destellante. Conforme va girando para dejar atrás el portal, levanta la mirada y, poco a poco, se aleja de aquél para tomar perspectiva del foco de luz que incesantemente titila. Los ojos vidrioso traslucen la tragedía: Salvador, su compañero, se ha suicidado. Martin Niemöler, pastor luterano alemán, escribió en 1946 un famosísimo poema sobre la indiferencia y la necesidad de resistir a cualquier grado de tiranía o imposición, "Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista (...) Cuando vinieron a buscarme,no había nadie más que pudiera protestar". Ahora vienen a por cada uno de nosotros... tú, ¿qué harás...?         

*Pedro Luis Ibáñez Lérida, poeta, articulista, coeditor de Ediciones En Huida. Contacto: pedrolerida@gmail.com

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