Por Salvador Moreno Valencia
En el libro de Kerouac, “ En el camino”, se nos habla del movimiento
Hipster, que eran los individuos rebeldes y pasados norteamericanos de los años
cuarenta. “Unas ratas de ciudad, más o menos de moda, que se drogaban y oponían
a los -squares- (-estrechos-).
Existe, desde hace algunos años una moda que cumple, de
algún modo, con el perfil, sobre todo estético, de aquellos trasnochados rebeldes,
pero a diferencia de aquellos de los que nos habla Kerouac, los de ahora, son
Hipster de escaparate y con tarjeta visa en el bolsillo, nada que ver, pues, con
la verdadera filosofía de los que se lanzaban a viajar sin dinero, y sin más
cosa en la mente que recorrer kilómetros, trabajando, a veces, para poder
emborracharse y drogarse.
Hay muchas modas que en mi opinión, deberíamos investigar de
dónde proceden para no faltar el respeto a los que con verdadera actitud ante
la vida, decidieron romper los moldes. No creo que exista nada más patético que
un tipo de derechas vistiendo como un Hipster, y comiendo en restaurantes de
lujo.
No hay más que mirar a nuestro alrededor para descubrir que
la idiotización es más que una moda, es, a mi entender, una afrenta contra el
buen gusto, o lo que es peor, una especie de “oda” a la más absoluta ignorancia.
Un pensador y filósofo, del que no recuerdo el nombre, dijo
que él vivía acorde a lo que pensaba, y no lo contrario, y yo creo que esa
máxima habría que ponerla en práctica siempre, para evitar, en la medida de
nuestras posibilidades, el aumento increíble de la estupidez en el mundo. Mundo
en el que lo mediocre, lo mezquino y lo vacuo son valores en alza.
También, para más inri, muchos abrazan seudodoctrinas tergiversadas
por “gurus”, que lo único que persiguen es llenarse los bolsillos. Así, te
puedes encontrar a un grupo de Hipster, por ejemplo, practicando algo que han
dado en llamar “acroyoga”, ahí, me han
dado. No faltan los profetas del positivismo, que siempre tienen el mismo
discurso y son capaces de darte un sermón sin temblarles la voz: “Mira, tú lo
que estás es cerrado, abre tu corazón, y tu mente, ama, que el amor lo es
todo…”, y chorradas de este estilo mientras están intentado levantarte a la chica
sin escrúpulo alguno.
“Ama y ensancha el alma”, dice una canción de Extremoduro, pero
a estos “gurus” del buen rollito, se les olvida el resto de la letra. Y a la primera
que te descuidas, ¡zas!, le están metiendo mano a tu novia o a tu novio, no
importa, porque el “amor” lo puede todo…
La verdad es que tanta mezcla y fusión atentan contra la
libertad y el respeto, además de invadir nuestro espacio vital, con rollitos
como “un abrazo es gratis”, sobre todo cuando a la que va dirigido tienen las
tetas grandes.
Conozco a muchos tipos, y tipas que van de este rollo, y no
son capaces de ver la biga en su ojo pero sí la mota en el ajeno. La hipocresía
es otra de las actitudes que estos personajes ponen en práctica, ya que al
parecer ellos, ellas, siempre están felices porque aman, porque abrazan
libremente sin tener en cuenta, en el primer caso, los sentimientos del otro,
otra, y en el segundo sin tener en cuenta, que a lo mejor, al o a la, que
abrazan, no le gusta que invadan su campo vital.
Sé perfectamente la opinión que tendrán tanto los primeros
como los segundos, si leen este artículo, sobre mí. Pero no me importa la
opinión de unos tarados, más cerca del gran egoísmo que de lo que tanto
predican: “Rebeldía” los primeros, “Amor”, los segundos.
Otro día hablaremos de los que dicen que hay que tener
cuidado con lo que proyectamos al pensar, porque según ellos, el universo está
siempre atento para hacer cumplir tus proyecciones, manda güevos.
Total: “Ama, sonríe y abraza, que es gratis…”.
SALV-A-E
Los que van a morir te saludan.
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