TERRORISMO, GUERRA: FÚTBOL
Salvador Moreno Valencia (Peter Magnus)
Leo en la prensa que los fabricantes de armas en una semana, tras los atentados perpetrados en París por los yihadistas, han ganado 16.000 millones de euros en bolsa, también han sacado beneficios de ello unas 140 empresas españolas que se dedican al la fabricación de armas.
¿Dónde radica, pues, la verdad del asunto?
En Europa, sobre todo en Bélgica y Francia, es un hecho el recorte de libertades con el consabido pretexto de la seguridad (Orwell 1984), una cuestión cuando menos espinosa y que, con toda probabilidad, atenta, precisamente, contra el derecho a la libertad de cualquier ciudadano, a los que se les ha convencido de que por su bien y seguridad serán registrados y conducidos por militares y policías que velan por su seguridad hacia un “bien” común.
La declaración de guerra de Francia contra ese grupo terrorista crea, al parecer, beneficios a esos fabricantes de armas, que precisamente fabrican las armas en países en los que sus gobernantes se llenan la boca de demócratas y de defensores de las libertades de los ciudadanos a los que representan, esto no deja de ser contradictorio, pero el problema más grave es que se intenta hacer creer a esos ciudadanos que es un problema que no se puede atajar de otro modo. Lo peor es ver cómo se mezcla el fútbol con ello.
Ver en las camisetas de los grandes equipos de fútbol la frase “Emiratos Árabes”, es para mi entender, no sólo obsceno, sino perverso, me atrevería a decir. Se sabe que parte de la financiación del grupo terrorista EI, viene de esos Emiratos, y mucho peor creo que es crear la preocupación en los ciudadanos de que algunos partidos de fútbol se han suspendido en pos de la seguridad de los seguidores de ese deporte, y que de haberse celebrado algunos partidos, se han maximizado las medidas de seguridad al grado extremo, y todavía es peor ver cómo la mayoría de los ciudadanos han aceptado el registro antes de acceder a los campos donde se celebraban los partidos.
En Bélgica, incluso, han paralizado toda actividad, escuelas, universidades, transporte público…, para velar por la seguridad de los ciudadanos, mientras los aviones bombardeaban Siria, a lo que ellos llaman “objetivos concretos”, contra el grupo terrorista y sus centros de mando. Los beneficios de las grandes empresas armamentísticas siguen creciendo mientras miles de inocentes siguen muriendo, y otros miles están siendo desposeídos de sus más básicos derechos de libertad.
Me pregunto: ¿Por qué no se intenta solucionar esto de otro modo?
Y creo haber encontrado la respuesta: Simplemente porque a los que invierten en muerte, no les conviene que exista otro tipo de respuesta a la violencia sino la misma o mayor violencia, para que puedan seguir fabricando armas, y vendiendo los excedentes.
Recientemente, Estados Unidos, en un ataque en Afganistán, ha destruido un hospital, murieron personas que trabajaban y enfermos, atacar un hospital es un crimen de guerra, pero Estados Unidos habla de daños colaterales, en Mali, también hace poco se han realizado atentados por parte del EI, también ha habido muertos inocentes, pero en ningún medio de comunicación, se ha hecho apenas referencia a estos hechos.
¿Terrorismo de Estado?
Salve.
Salvador Moreno Valencia (Peter Magnus)
Leo en la prensa que los fabricantes de armas en una semana, tras los atentados perpetrados en París por los yihadistas, han ganado 16.000 millones de euros en bolsa, también han sacado beneficios de ello unas 140 empresas españolas que se dedican al la fabricación de armas.
¿Dónde radica, pues, la verdad del asunto?
En Europa, sobre todo en Bélgica y Francia, es un hecho el recorte de libertades con el consabido pretexto de la seguridad (Orwell 1984), una cuestión cuando menos espinosa y que, con toda probabilidad, atenta, precisamente, contra el derecho a la libertad de cualquier ciudadano, a los que se les ha convencido de que por su bien y seguridad serán registrados y conducidos por militares y policías que velan por su seguridad hacia un “bien” común.
La declaración de guerra de Francia contra ese grupo terrorista crea, al parecer, beneficios a esos fabricantes de armas, que precisamente fabrican las armas en países en los que sus gobernantes se llenan la boca de demócratas y de defensores de las libertades de los ciudadanos a los que representan, esto no deja de ser contradictorio, pero el problema más grave es que se intenta hacer creer a esos ciudadanos que es un problema que no se puede atajar de otro modo. Lo peor es ver cómo se mezcla el fútbol con ello.
Ver en las camisetas de los grandes equipos de fútbol la frase “Emiratos Árabes”, es para mi entender, no sólo obsceno, sino perverso, me atrevería a decir. Se sabe que parte de la financiación del grupo terrorista EI, viene de esos Emiratos, y mucho peor creo que es crear la preocupación en los ciudadanos de que algunos partidos de fútbol se han suspendido en pos de la seguridad de los seguidores de ese deporte, y que de haberse celebrado algunos partidos, se han maximizado las medidas de seguridad al grado extremo, y todavía es peor ver cómo la mayoría de los ciudadanos han aceptado el registro antes de acceder a los campos donde se celebraban los partidos.
En Bélgica, incluso, han paralizado toda actividad, escuelas, universidades, transporte público…, para velar por la seguridad de los ciudadanos, mientras los aviones bombardeaban Siria, a lo que ellos llaman “objetivos concretos”, contra el grupo terrorista y sus centros de mando. Los beneficios de las grandes empresas armamentísticas siguen creciendo mientras miles de inocentes siguen muriendo, y otros miles están siendo desposeídos de sus más básicos derechos de libertad.
Me pregunto: ¿Por qué no se intenta solucionar esto de otro modo?
Y creo haber encontrado la respuesta: Simplemente porque a los que invierten en muerte, no les conviene que exista otro tipo de respuesta a la violencia sino la misma o mayor violencia, para que puedan seguir fabricando armas, y vendiendo los excedentes.
Recientemente, Estados Unidos, en un ataque en Afganistán, ha destruido un hospital, murieron personas que trabajaban y enfermos, atacar un hospital es un crimen de guerra, pero Estados Unidos habla de daños colaterales, en Mali, también hace poco se han realizado atentados por parte del EI, también ha habido muertos inocentes, pero en ningún medio de comunicación, se ha hecho apenas referencia a estos hechos.
¿Terrorismo de Estado?
Salve.
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